Hace ya algún tiempo, el hombre se dio cuenta que el mundo era demasiado grande para recorrerlo con su caballo. Desde entonces y hasta ahora, el transporte ha sufrido una gran evolución y ha cambiado para siempre nuestras vidas. La llegada del transporte mecanizado nos ha permitido llegar más lejos, llegar antes y con más carga, y sin duda, el medio que más ha cambiado nuestra vidas es el coche, que nos otorga una sensación de libertad que todos necesitamos.

Pero a su vez, el coche, el medio de transporte más usado en el mundo, se ha convertido en una de las principales fuentes de contaminación medioambiental de la actualidad. En el año 2010, el transporte en España representa el 40% de nuestro consumo energético. Casi el 99% de esa energía procede del petróleo, y genera el 30% del total de emisiones de CO2. Su implantación en nuestra sociedad sigue creciendo y actualmente tenemos 22 millones de coches en nuestras calles.

El modelo de vehículo eléctrico consiste en sustituir el motor de combustión por uno eléctrico, lo que reduce el consumo de petróleo y por lo tanto las emisiones de CO2, pero a la vez se presenta como un nuevo consumidor de electricidad, pudiendo también aumentar las emisiones en el proceso de generación de la energía. Una carga incontrolada de los vehículos en horas pico podría incluso acentuar el problema de la curva del consumo, y es en este punto donde las tecnologías de la información juegan un papel fundamental, ayudándonos a realizar una recarga inteligente.

Debemos planificar las recargas de los vehículos eléctricos de forma gradual en las horas valle (aquéllas en la que el consumo de energía es mínimo), consiguiendo así elevar el consumo en ese horario, y por lo tanto aplanar la curva de generación.

Por otro lado, todo vehículo eléctrico almacena su energía en unas baterías. Gracias a las tecnologías V2G (Vehicle to Grid), V2B (Vehicle to Building) y V2H (Vehicle to Home), esta energía podría llegar a ser devuelta a la red, funcionando como un pequeño generador.

Si todos los vehículos del parque nacional fueran eléctricos, nuestro país podría funcionar un día entero sólo con la energía contenida en sus baterías. Aquí de nuevo las tecnologías de la información nos pueden ayudar a realizar una descarga inteligente de esa energía, planificándolas gradualmente en las horas pico, y consiguiendo así bajar la generación necesaria para atender el consumo en ese horario, y por lo tanto aplanar la curva.

En definitiva, aumentando el consumo en horas valle y revertiendo esa energía en horas pico, el vehículo eléctrico consigue, no sólo aplanar la curva de generación de electricidad favoreciendo el uso masivo de energías renovables, sino que también evita el uso de petróleo sustituyéndolo nuevamente por energía renovable, consiguiendo nuestro objetivo principal de reducción de emisiones de CO2. Y aún podemos encontrarnos con más ventajas, como la generación cercana al consumo, facilitando el transporte, ayuda a la estabilización del sistema en momentos de emergencia, flexibilidad en la carga/descarga, etc.

Justo en estos momentos, en el que tenemos una tecnología e infraestructura madura, con unos precios de los vehículos eléctricos que comienzan a ser asequibles, y donde la crisis en la que vivimos nos obliga a reinventarnos y reordenar nuestro tejido productivo, es el momento ideal para empezar con el cambio. ¿Qué nos hace falta? Con voluntad política, concienciación y venciendo la resistencia al cambio es posible. Existe un inmenso mercado mundial esperando a desarrollarse y que sin duda nos aportará grandes satisfacciones y beneficios, y nuestro planeta necesita que hagamos algo pronto.

Existen muchos proyectos de experiencias relativas al cambio hacia el vehículo eléctrico, y Ayesa Tecnología Sadiel, como empresa líder en el sector TIC, participa activamente en uno de los principales proyectos a nivel mundial, el proyecto ZEM2ALL (www.zem2all.com), que se desarrollará durante los años 2012-2015 en la ciudad de Málaga en conjunto con otras empresas españolas y japonesas, y que contará con 200 vehículos eléctricos y 240 puntos de recarga en una simulación real para comprobar la viabilidad de este gran cambio hacia un mundo más sostenible. ¿Quién se apunta?

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