“Smart clothes” es un término que bien podría referirse a toda aquella confección de corte elegante, arreglada o, incluso, singular. Sin embargo, lo que ocurre es que la tecnología va invadiendo todos los campos descubiertos y, cómo no, también ha entrado en el mundo del textil.

Esta revolución de producto ha hecho que se tenga que reinventar un sector tan asentado como el textil, y ha propiciado la creación de un nuevo concepto, el de e-fabrics y e-textiles, que no es más que otro término de referencia para el campo de la “ropa electrónica” o “ropa inteligente”.

La adaptación es muy sencilla. De una manera más o menos invasiva, una prenda (o accesorio) como los que llevamos diariamente se llena de sensores que recolectan información de tu entorno, y de ti mismo, para inferir comportamientos, necesidades y, en definitiva, reaccionar a las condiciones que nos rodean. En líneas generales, pueden reaccionar frente al tiempo atmosférico, servir para monitorizar y corregir malos hábitos posturales, aumentar la seguridad y visibilidad para evitar accidentes o, incluso, simplemente para crear y hacer seguir nuevas tendencias.

En estos campos de diferenciación podemos hablar de la siguiente categorización de ropa inteligente, según funcionalidad y objetivos:

Confort

Los sensores alojados en las prendas pueden monitorizar tu temperatura corporal y la temperatura de tu entorno para adaptarse frente a cada situación.

En este sentido, la Universidad de California está lanzando el proyecto ATTACH [1], que se prevé que permitirá cambiar y adaptar la temperatura de una habitación solamente por las zonas en las que haya personas, y no en todo el habitáculo. Gracias a esto, estiman que pueden proporcionar hasta un 15% de ahorro energético en climatización.

Otro uso cada vez más extendido es el de evaluar el entorno de los bebés y ofrecer a los padres información para que le puedan proporcionar un mejor cuidado.

Seguridad

La seguridad es uno de los puntos más importantes en los que la tecnología puede ayudar. Y es que no solamente hablamos de seguridad electrónica, sino también de seguridad del día a día como en el campo de transportes.

Lumus[2] es un casco que ilumina de manera automática una serie de leds para proporcionar más visibilidad al ciclista y evitar colisiones. Pero no aporta simplemente esto. Mediante una conexión continua a un servicio externo, recibe órdenes de un complejo algoritmo que le indica cuando tiene que realizar otras cosas como, por ejemplo, activar una luz trasera de freno.

La ropa inteligente también intentará sacarnos de un apuro en situaciones de emergencia. La Universidad de Eindhoven ha estado desarrollando un producto al que llaman “Adaptative survival Clothing” [3], aprovechando las características inherentes a la lana para proveer una mejora sustancial en situaciones de extremo calor y frío.

Salud

En el campo del fitness hay mucho recorrido, y parece no tener punto final. Actualmente se pueden monitorizar desde los latidos del corazón, hasta medir niveles de sudoración, desequilibrios a la hora de hacer algunos movimientos y adelantar problemas futuros a partir de los patrones posicionales y de movimiento de los usuarios.

Alejado de toda esta montaña de productos y servicios orientados al ámbito de la optimización deportiva, destaca un proyecto muy original de “bufanda inteligente” [4]. Esta bufanda permite filtrar y purificar el aire contaminado que se respira a diario en zonas cuyo nivel de contaminación supera los límites recomendados (y permitidos) por las organizaciones de salud.

Otro ejemplo, revolucionario y esperanzador, es el proyecto desarrollado por Matilda Ceesay [5]: Ropa diseñada para repeler los mosquitos que transmiten la enfermedad de la malaria (una enfermedad que se estima que mata alrededor de un millón de personas al año).

¿Y si existiera una prenda que reaccionara con respecto a tu estado y humor? ¿Y si quisieras crear tu propia prenda? [7] Actualmente existen servicios para crear prendas mediante impresión 3D. De hecho, estas prendas pueden contener controladores que permitan dotarla de inteligencia para realizar alguna de las funcionalidades que ya hemos contado, o cualquiera que nuestra imaginación pueda inventar.

Sin duda alguna, el ser humano es cada vez más inteligente, aunque de una manera diferente. La adaptación de nuestro cuerpo, de nuestras características físicas y mentales se está externalizando adaptativamente en el sentido evolutivo, y cada vez careceremos más de esas mejoras, en pos de accesorios y “widgets” inteligentes que sustituirán nuestra necesidad de adaptación para “sobrevivir en el medio hostil”. Aun así, quizás evolucionemos a un ritmo mayor que antes, pero de otra forma diferente.

[1] http://www.kurzweilai.net/smart-clothes-for-personalized-cooling-and-heating

[2]https://www.lumoshelmet.co

[3]http://wearablesenses.net/adaptive-survival-clothing/

[4]http://wearascough.com/

[5]http://www.cornell.edu/portraits/matilda-ceesay.html

[6]http://www.likeaglove.me/

[7]https://i.materialise.com/blog/wearable-tech-just-got-smarter-anouk-wipprechts-intel-edison-powered-3d-printed-synapse-dress-logs-your-mood

 

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