Aunque el número de fallecidos por accidentes de tráfico ha ido disminuyendo de manera paulatina en los últimos diez años, la cifra sigue siendo aún elevada, así en el año 2014 se produjeron 574[1] muertes tan solo en España debido a colisiones entre vehículos.

Esta cifra es minúscula comparada con algunos otros países. Por citar un caso de relevancia, en las carreteras de Estados Unidos hay más de cinco millones de accidentes cada año, de los cuales más de 30.000 son fatales.

Existe, por tanto, un importante margen de mejora. En este sentido, la tecnología tiene mucho que aportar para conseguir reducir el número de accidentes y, consecuentemente, el número de fallecidos y heridos en los mismos.

Si bien a lo largo de los años las empresas automovilísticas han venido trabajando en una mejor absorción de un posible impacto por parte del vehículo, de manera que se minimice el daño que se pudiera causar a los ocupantes del mismo, hasta el momento no se ha llegado al origen del problema, es decir, evitar las colisiones.

No obstante, esto puede cambiar en los próximos años gracias a la “comunicación vehículo a vehículo”, conocida en inglés como V2V.

En la actualidad los vehículos incorporan un importante número de instrumentos y tecnologías para facilitar la conducción y mejorar la seguridad de los pasajeros: GPS, ultrasonido, cámaras de visión, etc., pero en todos los casos la distancia está bastante limitada y no pueden “ver” más allá de un obstáculo cercano.

La comunicación V2V permitirá que los distintos vehículos se envíen mensajes a través de una comunicación inalámbrica utilizando una parte dedicada del espectro electromagnético, así como mediante un nuevo estándar inalámbrico, 802.11p.

Esta transmisión de información entre vehículos, unido a que los mismos llevarán ordenadores a bordo que procesarán las comunicaciones difundidas por el resto de vehículos con una alta  frecuencia, permitirá calcular la probabilidad de colisión y avisar a los conductores con la antelación suficiente para reducir el número de colisiones.

Los coches podrán comunicarse entre ellos y saber si el coche que está doscientos metros más adelante está frenando bruscamente, o si en la siguiente curva cerrada hay un coche parado por alguna emergencia, o podrán incluso decidir reducir la velocidad de forma automática en caso de calcular que va a haber una colisión casi segura.

Asimismo, las empresas de tecnología electrónica y las grandes empresas de telefonía móvil también pueden jugar un importante papel, dado que la comunicación podría extenderse no solo a los vehículos, sino también a los peatones. El concepto sería el mismo. Así, por ejemplo, un peatón con un móvil equipado con GPS puede estar cruzando la calle un día de niebla cerrada y acercarse un coche que se puede comunicar con el móvil del peatón, así aunque el conductor del coche no pueda ver al peatón el sistema de V2V le avisará que hay un peatón cruzando la calle a una cierta distancia.

Por último, si bien una de las principales ventajas de los sistemas V2V sería la prevención de los accidentes de tráfico, la implementación de estos sistemas permitiría asimismo mejorar la movilidad en las ciudades, gracias a conocer con exactitud la densidad del tráfico y el número aproximado de vehículos por cada vía, así como optimizar el flujo de los coches “auto-tripulados”, una industria en crecimiento que en los próximos años podría extenderse por las ciudades.

En definitiva, las posibilidades son enormes.

Avance actual de la tecnología V2V

Existen multitud de entidades que han estado experimentando con esta tecnología en los últimos años, empresas automovilísticas, de telefonía móvil, universidades, entidades gubernamentales, etc. Por citar tan solo algunos ejemplos:

●   La Universidad de Michigan, entre 2012 y 2014, equipó a cerca de 3.000 vehículos con transmisores experimentales para realizar un estudio al respecto. Los investigadores, tras estudiar los registros de comunicación de dichos vehículos, concluyeron que dicha tecnología podría llegar a prevenir más de medio millón de accidentes y más de mil muertes cada año sólo en los Estados Unidos.

●   De igual modo, la gran mayoría de las empresas automovilísticas están participando en proyectos relacionados con V2V, tales como General Motors, Honda y Toyota. Así, por ejemplo, Toyota ha desarrollado un sistema de seguridad para la comunicación entre vehículos denominado ITS Connect, y que se va a montar en los modelos Crown y Prius que saldrán a la venta en los próximos meses.

En definitiva, nos encontramos ante una tecnología con un gran potencial pero que requiere la implicación de un importante número de actores para su implantación, por lo que posiblemente aún transcurra más de una década antes de que su uso sea común en las ciudades.

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